La vida de Humberto Rizza se apagó definitivamente, pero quedarán las obras y el recuerdo de uno de los grandes dirigentes del fútbol tucumano. Su deceso se produjo ayer, a los 85 años. Sus restos son velados en la sala de pasaje Padilla y serán inhumados hoy a las 17.30 en el cementerio del Norte. Las palabras de despedida estarán a cargo de Víctor Hugo Flores.
Rizza se convirtió por primera vez en presidente de Sportivo Guzmán en 1957 y desde entonces estuvo ligado al club durante tres décadas. Fue un hombre plenamente identificado con el club de Villa 9 de Julio y el estadio de Juramento y Posse lleva su nombre. "Es demasiado premio para una persona. En todo caso debería agregarse ...y colaboradores", comentó en una nota publicada hace algunos años por LA GACETA, en una muestra más de la humildad que transmitió a lo largo de su vida.
Siempre contaba que había llegado a Sportivo por casualidad, impulsado por sus amigos. "Pero me aquerencié tanto que no me fui nunca más", comentó sobre su vínculo con la institución "juliana".
Siempre contaba que había llegado a Sportivo por casualidad, impulsado por sus amigos. "Pero me aquerencié tanto que no me fui nunca más", comentó sobre su vínculo con la institución "juliana".
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