Si bien no fue el mejor partido del "merengue" en este certamen, dio una dura batalla sobre todo en el mediocampo y aunque estuvo a punto de retornar con una sonrisa en su cara, los tucumanos fueron quienes terminaron celebrando en este duelo de ida.
En un campo de juego castigado por la incesante lluvia durante la jornada de ayer en el "Jardín de la República", el partido que estos dos equipos presentaron lejos estuvo de ser el mejor. Ninguno quería equivocarse y por ende, terminó siendo un encuentro poco atractivo para el ojo del hincha.
De todas formas, esto no quita que haya sido un duelo emotivo desde las ganas de los dos por no perder.
Y en este primer tiempo, los "julianos" fueron quienes tuvieron las mejores oportunidades de irse al descanso con alguna ventaja, pero carecieron de fineza a la hora de estar frente al arco.
Como siempre y es habitual ya en el "merengue", el inicio del segundo tiempo presentó otro panorama para los jujeños.
Mejor parados en el mediocampo, y con mayor soltura en ataque, los jujeños se animaron a adelantarse algunos metros en el terreno de juego, que a esta altura mostraba algunos sectores que hacían imposible poder jugar con fluidez o certeza.
Parecía que la cosa sería repartir puntos por igual y esperar la revancha dentro de siete días en Palpalá, pero apareció en la única falla del fondo de Zapla, Diego Velárdez, para de cabeza poner el uno a cero que significó el festejo interminable de los tucumanos, mejor parados para el choque de vuelta y la desazón del "merengue" y los 200 hinchas que llegaron al "Jardín de la República", que vieron como en una fracción de segundo, se les fue de las manos un empate que hubiese significado una mejor perspectiva de cara al futuro.
Ahora a esperar la revancha para dar vuelta la historia de un partido de 180 minutos, que al momento están perdiendo 1 a 0.
Cuando parecía que el “Merengue” se traía un punto de oro desde la denominada ciudad “Jardín de la República” apareció a los 43´del complemento Velárdez para poner el único gol del partido.
El planteo de los dirigidos por Horacio Zingariello fue inteligente, se jugó lejos del arco defendido por Guillermo Eisemberg y hasta pudo haberse puesto en ventaja, pero les faltó precisión a los delanteros para definir las situaciones creadas.
El local comenzó dominando la bola, como era lógico de esperarse, ya que la definición será en Palpalá y debía salir a quemar las naves. Pero se topó con el orden y la concentración de Zapla.
De tanto insistir en una de las últimas jugadas apareció el delantero Velardez para ajusticiar al uno “Merengue” y sellar el triunfo tucumano. En la última jugada se fue expulsado Condolí en Guzmán por doble amarilla, pero no cambió mucho el trámite del partido.
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